Riqueza y sabiduría (2 Cr 2,3-16)
51Salomón tenía poder sobre todos los reinos, desde el Éufrates hasta la región filistea y la frontera de Egipto. Mientras vivió le pagaron tributo y fueron sus vasallos.
2Los víveres que recibía diariamente eran trescientas fanegas de flor de harina, seiscientas de harina ordinaria, 3diez bueyes cebados, veinte toros y cien ovejas, aparte de los ciervos, gacelas, corzos y las aves de corral. 4Porque su poder se extendía al otro lado del Éufrates, desde Tapsaco hasta Gaza, sobre todos los reyes del otro lado del río, y había paz en todas sus fronteras. 5Mientras vivió Salomón, Judá e Israel vivieron tranquilos, cada cual bajo su parra y su higuera, dese Dan hasta Berseba.
6Salomón tenía cuadras para cuatro mil caballos de tiro y doce mil de montar. 7Los gobernadores mencionados proveían al rey Salomón y a los que comían a expensas del rey, cada uno un mes, de modo que no faltase nada. 8También suministraban cebada y paja para los caballos de tiro y de montar, cada gobernador desde su puesto, cuando le tocaba.
9Dios concedió a Salomón una sabiduría e inteligencia extraordinarias y una mente abierta como las playas junto al mar. 10La sabiduría de Salomón supero a la de los sabios de Oriente y de Egipto. 11Fue más sabio que ninguno, más que Etán, el ezrajita, más que los rapsodas Hemán, Calcol y Dardá, hijo de Majol. Y se hizo famoso en todos los países vecinos. 12Compuso tres mil proverbios y mil cinco canciones. 13Disertó sobre botánica, desde el cedro del Líbano hasta el hisopo que crece en la pared. Disertó también sobre cuadrúpedos y aves, reptiles y peces. 14De todas las naciones venían a escuchar el sabio Salomón, de todos los reinos del mundo que oían hablar de su sabiduría.
Alianza con Jirán de Tiro
15Cuando Jirán, rey de Tiro, se enteró de que Salomón había sucedido a su padre en el trono, le mandó una embajada, porque Jirán había sido siempre aliado de David. 16Salomón le contestó:
17-Tú sabes que mi padre, David, no pudo construir un templo en honor del Señor, su Dios, debido a las guerras en que se vio envuelto, mientras el Señor iba poniendo a sus enemigos bajo sus pies. 18Ahora el Señor, mi Dios, me ha dado la paz en todo el territorio; no tengo adversarios ni problemas graves. 19He pensado contruir un templo en honor del Señor, mi Dios, como dijo el Señor a mi padre, David: <<Tu hijo, al que haré sucesor tuyo en el trono, será quien construya un templo en mi honor>>. 20Así, pues, manda que me corten cedros del Líbano. Mis esclavos irán con los tuyos; te pagaré el jornal que determines para tus esclavos, pues ya sabes que nosotros no tenemos taladores tan expertos como los fenicios.
21Al oír Jirán la petición de Salomón se llenó de alegría, y exclamó:
-¡Bendito sea hoy el Señor, que ha dado a David un hijo sabio al frente de tan gran nación!
22Luego despachó esta respuesta para Salomón:
-He oído tu petición. Cumpliré tus deseos, enviando madera de cedro y de abeto; 23mis esclavos bajarán los troncos del Líbano al mar; los remolcarán por mar en balsas, hasta donde tú nos digas, allí desharemos las balsas y tú los subes. Por tu parte, cumple mis deseos abasteciendo mi palacio.
24Jirán dio a Salomón toda la madera de cedro y de abeto que quiso Salomón, 25y éste dio a Jirán veinte mil fanegas de trigo para la manutención de su palacio, más veinte mil cántaros de aceite virgen. 26Era lo que Salomón mandaba a Jirán anualmente. El Señor, según su promesa, concedió sabiduría a Salomón. Jirán y Salomón firmaron un tratado de paz.
27El rey Salomón reclutó trabajadores en todo Israel: salieron treinta mil hombres. 28Los mandó al Líbano por turnos, diez mil cada mes: un mes en el Líbano y dos en casa. Adonirán estaba al frente de los trabajadores. 29Salomón tenía también setenta mil cargadores y ochenta mil canteros en la montaña, 30aparte de los capataces de las obras, en número de tres mil trescientos, que mandaban a los obreros. 31El rey ordenó extraer grandes bloques de piedra de calidad para hacer los cimientos del templo con sillares. 32Los obreros de Salomón, los de Jirán y los de Biblos labraban la piedra y preparaban la madera y la piedra para construir el templo.
Explicación.
5,1-14 En dos series, estos versos exaltan las riquezas y sabiduría extraordinaria del rey Salomón. El orden de los versos es algo anormal, y la versión griega ofrece el siguiente orden: 7-8.2-4.9-14 (omite 5-6). El estilo se distingue por la escasez de verbos activos, suplantados por la abundancia de sustantivos, participios, formas adjetivales. Según el gusto antiguo, apoyado en el carácter oral de la recitación, el compilador se complace en varios juegos verbales con el nombre del rey shelomo: "tenía poder" = moshel; tenía paz = shalom; treinta = sheloshim; mesa = shulh`an; proverbio = mashal; a escuchar = lishmo´ (aunque la semejanza es variable, cuenta la acumulación).
5,1-8 En la primera serie nos llama la atención un contraste: la paz exterior e interior que permite a los ciudadanos una vida sencilla y apacible y por otra el fasto real alimentado de tributos externos e internos. El narrador no parece sentir el contraste, antes bien se goza enumerando. Puede reflejar una primera impresión de orgullo en el pueblo al conocer la riqueza y prestigio de su rey, "más que los demás"; pero este sentimiento cambiará pronto. Es verdad que bajo Salomón subió el nivel de vida en Israel, pero también comenzaron de modo alarmante diferencias sociales irritantes.
5,5 Eclo 47,13; Miq 4,4.
5,6 Dt 17,16.
5,7 1 Sm 8,11-16.
5,9 Eclo 47,14s; Sab 7.
5,9-14 La perícopa obedece al deseo de acumular aspectos de cultivo de la sabiduría. Importa menos que algunos datos sean pura leyenda o estén teñidos de tonos legendarios; difícilmente se puede negar que con Salomón comienza oficialmente en Israel una nueva corriente intelectual, que va a convivir con la profética, completando con su humanismo la revelación. Salomón no inventó esta sabiduría: era un valor internacional siglos antes de que existiera la monarquía israelita, en Egipto y en Mesopotamia. Bajo Salomón comienza a circular en Israel una corriente de intercambios culturales. La tradición que ha hecho a David el iniciador del canto litúrgico, ha hecho a Salomón padre espiritual de gran parte de la literatura sapiencial.
El autor de esta perícopa demuestra su estima por el género y sabe distinguir sus aspectos principales. La raíz clave de "sabiduría", hkm, suena siete veces en la perícopa.
5,11 En vez de "rapsodas", otros entienden directores de coro, compositores de salmos.
5,12 "Proverbios" es aquí una designación genérica que incluye formas variadas. En cambio las canciones parecen pertenecer a la lírica; el compilador de los maravillosos cantos de amor conocidos con el título de Cantar de los cantares quiso honrar su libro atribuyéndolo a Salomón.
5,15-32 Esta perícopa coloca los preparativos para edificar el templo en el contexto de la política y comercio internacional; o bien, subordina éstos a la gran tarea de construir el templo. Los fenicios o sidonios fueron un pueblo pacífico y comerciante, más ciudadano del mar que de la tierra firme, con un territorio rico en árboles y pobre en sembrados. Para su comercio era muy útil contar con unestado firme y poderoso en Palestina; por eso el rey de Tiro se entiende bien con el rey David y procura renovar la amistad con el sucesor.
Según la teología oficial, la construcción del templo depende totalmente de la aprobación de Dios. Más aún, se decía en Babilonia y lo recoge la Biblia (Ex 25,40), que Dios mismo revela el modelo, imagen de la estructura celeste. Aquí el narrador se contenta con una referencia a 2 Sm 7.
5,17-20 La carta de Salomón, tal como la presenta el autor, es una bella lección de teología para justificar la compra de madera de cedro. Es verdad que aquella madera fue apreciadísima en la antigüedad: hasta los reyes de Mesopotamia viajaban para robarla o comprarla; lo gigantescos cedros, más viejos que muchas generaciones humanas, se podían considerar como plantados por Dios mismo (Sal 104,16).
La triple expresión "en honor de" (= nombre), suena en hebreo leeshm, lishmi; podría ser continuación del juego con el nombre del rey.
5,17 Sal 110,1.
5,19 2 Sm 7,12s; Eclo 47,13.
5,21-23 A la lectura de la carta reacciona Jirán con una bien ensayada acción de gracias al Dios de Israel, en la que entra una solícita alabanza del rey Salomón y de su pueblo. El narrador se complace en este homenaje extranjero.
5,26 Al don de la sabiduría se acogen los planes para construir el templo y el pacto con el rey fenicio.
5,27 Ex 31,1-11
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