domingo, 12 de agosto de 2018

1 REYES. CAPÍTULO 21

La viña de Nabot

211Nabot, el de Yezrael, tenía una viña pegando al palacio de Ajab, rey de Samaría. 2Ajab le propuso:
-Dame la viña para hacerme yo una huerta, porque está al lado, pegando a mi casa; yo te daré en cambio una viña mejor o, si prefieres, te pago en dinero.
3Nabot respondió:
-¡Dios me libre de cederte la heredad de mis padres!
4Ajab marchó a casa malhumorado y enfurecido por la respuesta de Nabot, el de Yezrael, aquello de <<no te cederé la heredad de mis padres>>. Se tumbó en la cama, volvió la cara y no quiso probar alimento. 5Su esposa Jezabel se le acercó y le dijo:
-¿Por qué estás de mal humor y no quieres probar alimento?
6Él contestó:
-Es que hablé a Nabot, el de Yezrael, y le propuse: <<Véndeme la viña o, si prefieres, te la cambio por otra>>. Y me dice: <<No te doy mi viña>>.
7Entonces Jezabel dijo:
-¿Y eres tú el que manda en Israel? ¡Arriba! A comer, que te sentará bien. ¡Yo te daré la viña de Nabot, el de Yezrael!
8Escribió unas cartas en nombre de Ajab, las selló con el sello del rey y las envió a los concejales y notables de la ciudad, paisanos de Nabot. 9Las cartas decían: <<Proclamad un ayuno y sentad a Nabot en primera fila. 10Sentad enfrente a dos canallas que declaren contra él: "Has maldecido a Dios y al rey". Lo sacáis afuera y lo apedreáis, hasta que muera>>.
11Los paisanos de Nabot, los concejales y notables que vivían en la ciudad, hicieron tal como les decía Jezabel, según estaba escrito en las cartas que habían recibido. 12Proclamaron un ayuno y sentaron a Nabot en primera fila; 13llegaron dos canallas, se le sentaron enfrente y testificaron contra Nabot públicamente:
-Nabot ha maldecido a Dios y al rey.
14Lo sacaron fuera de la ciudad y lo apedrearon, hasta que murió. Entonces informaron a Jezabel:
-Nabot ha muerto apedreado.
15En cuanto oyó Jezabel que Nabot había muerto apedreado, dijo a Ajab:
-Hala, toma posesión de la viña de Nabot, el de Yezrael, que no quiso vendértela. Nabot ya no vive, ha muerto.
16En cuanto oyó Ajab que Nabot había muerto, se levantó y bajó a tomar posesión de la viña de Nabot, el de Yezrael.
17Entonces el Señor dirigió la palabra a Elías, el tesbita:
18-Anda, baja al encuentro de Ajab, rey de Israel, que vve en Samaría. Mira, está en la viña de Nabot, adonde ha bajado para tomar poseión. 19Dile: <<Así dice el Señor: ¿Has asesinado, y encima robas?>> Por eso: <<Así dice el Señor: En el mismo sitio donde los perros han lamido la sangre de Nabot, a ti también los perros te lamerán la sangre>>.
20Ajab dijo a Elías:
-¿Conque me has sorprendido, enemigo mío?
Y Elías respuso:
-¡Te he sorprendido! Por haberte vendido, haciendo lo que el Señor reprueba, 21aquí estoy para castigarte. Te dejaré sin descendencia, te exterminaré todo israelita que mea a la pared, esclavo o libre. 22Haré con tu casas como con la de Jeroboán, hijo de Nabat, y la de Basá, hioj de Ajías, porque me has irritado y has hecho pecar a Israel. 24A los de Ajab que mueran en poblado, los devorarán los perros, y a los que mueran en descampado, los devorarán las aves del cielo. 23(También ha hablado el Señor contra Jezabel: <<Los perros la devorarán en el campo de Yzrael>>)*.
25(Y es que no hubo otro que se vendiera como Ajab para hacer lo que el Señor reprueba, empujado por su mujer, Jezabel. 26Procedió de manera abominable, siguiendo a los ídolos, igual que hacían los amorreos, a quienes el Señor había expulsado ante los israelitas).
27En cuanto Ajab oyó aquellas palabras, se rasgó las vestiduras, se vistió un sayal y ayunó; se acostaba con el sayal puesto y andaba taciturno.
28El Señor dirigió la palabra a Elías, el tesbita:
29-¿Has visto cómo se ha humillado Ajab ante mí? Por haberse humillado ante mí, no le castigaré mientras viva; castigaré a su familia en tiempo de su hijo.

Explicación.

21 El soldado valiente de las batallas contra los sirios es de nuevo el marido débil frente a la mujer extranjera. Ajab era fiel al Señor, pero toleraba la propaganda abierta del baalismo; Ajab respetaba la tradición de Israel y los derechos de sus súbditos, pero toleró el perjurio y el asesinato.

La maldición de las mujeres extranjeras, que había comenzado sus estragos durante el reinado de Salomón, continuó envenenando la monarquía. Y no será Jezabel la última, ya que una hija suya llega a ser reina de Judá.

21,2 Ez 46,18.

21,1-7 Yezrael se encuentra en el ángulo oriental de la llanura de Esdrelón, y cerca del Jordán, en una zona muy fértil. Nabot era probablemente uno de los notables de la villa, en la cual también el rey tenía posesiones. Dt 17,14-20; 1 Sm 8,14.

21,8 El plan de Jezabel se basaba en una serie de leyes y costumbres judías. Suponiendo alguna calamidad en la región, sequía, epidemia, etc., los jefes del pueblo tienen que buscar la causa y eliminarla. Nabot, sin saber nada, será invitado a presidir la asamblea o concejo, para buscar remedio a la situación; y allí mismo dos testigos declararán que él es el culpable (recuérdese el caso de los gabaonitas, 2 Sm 21, y la peste en tiempo de David, 2 Sm 24). El crimen está previsto en Ex 22,27, la pena de muerte por lapidación está prevista en Lv 24,16, y la exigencia de dos testigos consta en Dt 17,6. También es legal apedrear al culpable fuera de la ciudad, pera no contaminarla (Lv 24,14).

21,10 Véase Is 8,21 y Prov 24,21.

21,14 Ex 22,27.

21,15 Jezabel habla dos veces al marido en el relato. La primera vez en son de burla: "¿Es eso reinar?"; su concepto del mando es poder sin límites morales (Miq 2,1), la segunda vez le ofrece el fruto prohibido, el jardín cuyo precio es la sangre inocente.

21,17 Como Natán frente a David, toca esta vez a Elías denunciar su culpa al rey.

21,19 No matar y no codiciar son dos preceptos del decálogo, que el rey ha violado (también esto se parece al doble delito de David). Ex 20,13.15.

21,20 En su réplica, Ajab parece reconocerse culpable, no arrepentido.

21,21-24 El autor posterior ha añadido una amplificación a la sentencia. Es evidente su intención de igualar este oráculo a otros dos precedentes, contra Jeroboán y contra Basá.

21,23 Parece una adición introducida a raíz de los sucesos durante la revuelta de Jehú. Este versículo va detrás del v. 24.

21,24 1 Re 14,11.

21,25-26 Comentario de un editor que ve en la idolatría la raíz de todos los delitos, también los de injusticia. Los dioses cananeos de fecundidad no inculcan la justicia humana, como lo hace el Dios de Israel con los términos de su alianza.

21,27-29 La penitencia de Ajab logra mitigar la sentencia, sin anularla del todo. De hecho, su dinastía continúa en sus hijos, y termina en ellos. Y no podemos decir que su muerte haya sido del todo ignominiosa.

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